A nuestro primer conductor solidario del año, le hemos dejado una preciosa notita en su limpiaparabrisas. Con poca sutileza y mucha jeta decidió hacer uso de un estacionamiento reservado con una tarjeta que, como reza el cartelito que le hemos dejado, es "FALSA".
A nuestro segundo conductor hemos optado por no dejarle ningún cartel. Esfuerzo por esfuerzo, pues él tampoco tenía ninguna tarjeta que lo autorizase a aparcar en plaza reservada.
Debe de ser aquello de Dios los cría y ellos se juntan porque oye, en amor y compañía aparcaron los dos, el uno al lado del otro.
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